Triste cosa es no tener amigos. Pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tenga es señal de que no tiene: Ni talento que haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que se le impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna cosa buena que se le envidie.
- José Marti.
Desgraciadamente, cuánta razón.
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