Últimamente sueño conmigo muerta, con la lengua fuera y dos cruces en los ojos, mientras todo el mundo que me conoce asiente convencido “esto es del estilo de Nerea”. Y otros dicen ''no me lo esperaba''. Lo digo siempre, para gustos colores. Los que piensen la 1º es que me conocen bien, que saben que estoy loca. Los que piensen la 2º.. no me conocen lo suficiente como para juzgar mis actos y pensamientos. Lo siento :)
He pensado mucho en ello desde hace unos meses, porque no cesan los problemas. Y no cesan porque desde que llegué he estado esperando a encontrar la persona perfecta. Y sin la persona perfecta no puedo vivir en condiciones.
Son mis reglas. Las reglas de mi mundo. Del mundo de Nerea. La civilización podría estar colapsada y aun así yo seguiría buscando una persona agradable, sentimental, que me entendiera...
En Zaragoza tengo una persona que creía perfecta en la cual confiaba incluso más que en mi misma, todo, todo lo sabia de mi... ahora ya no tanto... Es la persona que diseñaríais como perfecta y por eso creo que es para mí, pero obviamente, no iva a ser todo tan bonito..
Pero esta impresión mía cambió el día que me encontré a un hombre con un niño gordito y tristón subiéndose a un coche. El niño llevaba un recipiente ENORME, colgando de la mochila. De color azul semi-transparente. En el interior había un líquido con cubitos de hielo.
Y pensé: este pobre niño gordito, que es casi seguro obligado a realizar alguna actividad posiblemente deportiva extraescolar. Ese niño gordito tiene como consuelo su recipiente de líquido bien frío que su madre le ha llenado de cubitos de hielo como si esos hielos fueran a calmar la pena de ser un niño gordito con una agenda de ejercicio físico que odia.
Y reflexioné: el niño eres tú, el coche de su madre es tu vida y ese recipiente lleno de cubitos es lo único que puede salvarte. Tienes que comprarte uno cuanto antes. Pero aunque en cualquier supermercado de aquí tienen muchos tipos para elegir... no conseguía dar con el adecuado.
Si me conoceis un poquito, sabreis asociar bien la entrada (:
Creo que voy a obviar completamente el trasfondo de la metáfora para darte una nueva reflexión respecto a ella. Yo era un niño gordito, pero con esfuerzo y trabajo a lo largo de los años, estoy satisfecho con mi cuerpo, tengo autoestima y el ejercicio fisico solo me produce sensacion de trabajo bien hecho, no desilusion.
ResponderEliminarHabla de ese niño en su momento. No del futuro niño con un cuerpo 10 y una felicidad máxima ;)
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